Mis pies,
hay mis pies,
esas prolongaciones al final de las
piernas,
todos sabemos que son los pies.
Un montón de carne con huesos,
una especie de tumor.
Si pudieran contar lo que han vivido,
los caminos que han pateado,
los que les quedan por recorrer,
los que han visto, los que verán,
los que nunca podrán ver.
Hay mis pies,
realmente sois necesarios,
con toda la grima que os tengo,
sudorosos, enormes,
realmente debo teneros,
una amputación y listo,
pero no ganaría nada,
mejor os quedáis ahí abajo
y me decís si la cosa anda.
Quizás no sean perfectos, pero tengo que aprender a vivir con ellos ya que, si todo va como tiene que ir, me acompañaran hasta mi último día.
Bueno, nada más por hoy, seguid con vuestras cómodas vidas.