jueves, 28 de marzo de 2013

Al final de la siesta...

Abrió los ojos lentamente, abandonando un reino al que volvería tarde o temprano y que dejaba a merced de los sentidos que, durante la ausencia de un claro mandatario, son los que tergiversan los sueños haciéndonos soñar despiertos.
Miró por la ventana las nubes grises que cubrían el cielo, anunciaban lluvias torrenciales en todas las cadenas y parece ser que esta vez los hombres del tiempo no se equivocaron; los hombres del tiempo ya no se equivocan, y si lo hacen lo son ellos, son las máquinas que se equivocan por no saber calcular bien los cambios repentinos.
Comenzó a pensar en todo, ¿qué hacía?, ¿dónde tendría que ir?, solo buscaba un futuro, un camino que seguir, pero ya no había senda, las máquinas de su progreso no había podido limpiar más caminos hasta entonces y era misión suya conseguir avanzar; sino no lo hace, se quedará atrapado toda su vida en el mismo punto, sin más evolución y desarrollo que el de esas paredes que impedirán su camino y que se harán cada vez más y más inexpugnables.
Observó todo a su alrededor y comenzó a recordar momentos importantes de su vida que estaban ubicados en puntos estratégicos de sus paredes, todo estaba ahí por alguna razón y era su misión conocer todas y cada una de ellas y así otorgar un sentido a esa marabunta que habitaba en esas cuatro paredes.
Tras todo esto recordó que había olvidado algo, así que cerró los ojos y volvió a el mundo de los sueños ha recuperar lo que era suyo aunque solo fuera por unos segundos irreales.
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Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

lunes, 25 de marzo de 2013

Sin apenas conocer...

Sopla el viento helado en mi cuello
desnudo en el sitio donde todo torna claro,
donde oyes gritos, risas y llantos.
Notando el calor de sus casas
en el fío de mi piel
y plasmando un poco de ellos
cuando cojo un papel;
espíritu de pueblo y ¿qué quieres que haga?
no hagas nada si no quieres miradas,
inventan historias, sueltan palabras,
quizás no saben nada
pero les gusta largarlas.
Jóvenes y mayores por igual
y la misma credibilidad,
que te acusarán de truhan
por una acción tergiversada
mientras todos lo demás
lo extienden por la comarca
y es la imagen que les das
sin tiempo a mirar,
ellos nunca juzgan
con prejuicios por detrás.
Yo he conocido okupas,
negros, y buena gente en general
basándome en mi idea
de conocer para pensar,
y así va la sociedad
cada día mucha más mierda
montaña inmensa que sus rumores ocultan.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

miércoles, 20 de marzo de 2013

"La frontera de la cordura" Capítulo 4

La carta
Aquella noche, ayudado por una pequeña luz, se dispuso a leer la carta que había cogido de la caja de su padre:

          Querido compañero:
          Espero que todo ahí dentro vaya bien y que el mensajero no haya tenido problemas para hacerte llegar la carta, últimamente el número de guardias ha aumentado y cada vez es más difícil conseguir hacer llegar los mensajes a los que vivís en la Ciudad. 
           Todavía no comprendo como se te ocurrió pedir el permiso para entrar y mucho menos que te lo concedieran; eras uno de nuestros lideres más queridos, no sabes como se lo tomaron en las aldeas cuando te fuiste. Además creo que es por tu entrada ese incremento de los guardias, creo recordar que en alguna de nuestras reuniones has estado presente, te conocían y sabían de tu importancia, por eso quieren aumentar la vigilancia ahora que estás dentro, para que no se te ocurra la idea de volver y no te puedas contactar con nosotros, pobre infelices que creen eso posible, ni el más estricto orden puede encasillarlo todo. 
        En realidad creí escuchar algo de ti poco después de tu marcha, algo sobre una mujer, bueno, sobre otra mujer, eres un pequeño don Juan, pero después de tantas, ¿por qué esta te ha hecho abandonar este pequeño idilio donde vivimos? Ay el amor, pequeño caudillo de la locura que te cambia radicalmente cuando se va. De verdad, es una lástima que ya no estés aquí.
         Dejando a un lado tu partida, quería preguntarte algo tú que estas ahora dentro, ¿has visto alguno de nuestros conocidos en apuros? más que a los residentes, a mensajeros y suministradores. Esta repentina subida de guardias está impidiendo las operaciones en el interior, me estoy planteando que quieren acabar con todas las comunidades de forma directa, acabar con los cuarteles y encerrar a todos los integrantes sino les hacen algo peor; en todo caso, esas comunidades son los únicos medios que tenemos para llegar a contactar con vosotros, si acaban con ellas será imposible la comunicación, son los únicos que saben con certeza cada túnel y cada entrada y salida y los únicos lo suficientemente astutos para que los guardias no los descubran. Así que, como ciudadano que has sido de esta comunidad, te pido que ayudes en lo que te sea posible a todos aquellos de los nuestros que estén en apuros.
        Bueno, nada más que añadir por hoy, espero una respuesta en unos días, el mensajero en 3 días estará en tú puesto de trabajo y la recogerá si quieres.

                 Att: Bentti

Acabó de leer y no sabía como reaccionar. Sí, su padre había estado fuera, su padre había vivido fuera y consiguió volver a entrar; en realidad si que le dio que pensar aquello de que supiera tanto de la vida fuera de la muralla pero nunca se le hubiera ocurrido una cosa así, sabía que era un hombre muy estudioso, curioso hasta llegar al punto quizás de irritante en algunos casos, por eso pensaba que todo aquello lo había leído de algún libro o artículo de revistas de aquellas que aparecían por la casa de vez en cuando.
Guardó la carta y siguió pensando en todo aquello, sobre su padre, lo que había fuera, como había conseguido volver a entrar, y entre todo esto recordó el pequeño libro pero era tarde ya, así que guardó la carta en su sobre y dejó el libro para la noche siguiente.
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Bueno, aquí el cuarto capítulo del proyecto "La frontera de la cordura", espero que os guste. Esta semana tampoco os pediré ayuda para el 5º capítulo, parece que se va formando ya una historia un poco más clara en mi cabeza.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

lunes, 18 de marzo de 2013

Estudio de miradas...

-Tú sígueme, no tengas miedo, no voy a hacerte daño.
Ella obedecía, no sabía donde le llevaría la situación pero aquel flechazo en el bar le dio indicios de que algo iba a cambiar en su vida y que debía seguir ese impulso hasta el final.
-Ya casi hemos llegado.
Caminaban por un pequeño callejón oscuro; el paró, abrió una puerta y la invitó a entrar, a pesar del lugar y la situación nunca dejó de ser un caballero, emanaba buenas formas y  buenos modales solo con el primer vistazo que le echabas. Cerró la puerta tras ella y le dijo que siguiera caminando hasta el final del pasillo, aquella situación le causaba un tanto de miedo, pero se había propuesto no parar hasta ver como acababa, ya estaba harta de tanta monotonía y tantas relaciones sin amor, quería algo diferente y de momento se lo estaba ofreciendo. Entró en la habitación al fondo del pasillo, no se lo había dicho pero no había nada más, abrió la puerta, pasó dentro y esperó a que llegase. Era una habitación oscura con una pequeña ventana por donde entraban unos pequeños haces de luz lunar, la poca que hacía falta para llegar a encender la pequeña lampara con la que toda la habitación se bastaba para iluminarse. Su luz no era muy potente y le daba a la situación un toque incluso romántico. No había gran cosa más, un minibar, una mesa y dos sillas a su alrededor. No decían nada, él la miraba fijamente a los ojos y ella le aguantaba la mirada, como si ambos buscaran en las retinas del otro un secreto, algo que solo se podía encontrar ahí. Al cabo de un rato así él dijo:
-Me sorprende que no hayas huido, ¿no tienes miedo?
-He sufrido demasiado como para tener miedo de situaciones así.
-Parece interesante tú pasado, pero aquí no estamos por eso.- abrió el minibar y cogió una botella- ¿Un whisky?- Ella asintió con la cabeza y mientras los vertía en los vasos siguió hablando -La mayoría de chicas cuando un desconocido las invita a seguirlas y las lleva por callejones oscuros y las cierra en una habitación tan lúgubre intentan salir corriendo, alguna incluso no quiso utilizar la puerta y intentó salir por la ventana, ¿Por qué tú no?
-Estoy cansada de tanta rutina, quería ver que me ofrecías, aunque creo que este whisky no será lo único, ¿me equivoco?
-Además de guapa eres lista, eso me gusta.
-Pero dime una cosa, entre todas las chicas del bar ¿Cómo te has llegado a fijar en mi?
-Fácil, me fijé en la única que no dejaba que los hombre le pongan la mano encima y la traten como un objeto, que bailaba para divertirse con sus bonitas zapatillas azules y no para que se le acercaran, en la única que respeta un poco su cuerpo y prefiere no pasar frío a presumir.
-Osea, te fijaste en la rara.
-Podría decirse que si, pero siempre he considerado que en la rareza está el encanto.
-Pues pareces un hombre con muchísimo encanto.
-Suelen decir que lo soy.
Tras esto se produjo un silencio, ambos seguían bebiendo de sus vasos y mirándose a los ojos sin encontrar aquel secreto que se había perdido en las miradas. Así que siguieron toda la noche buscando aquel pequeño tesoro en las miradas, conociéndose más y más solo con el contacto de sus ojos mientras la noche avanzaba y la luz que entraba por la ventana cada vez se volvía más y más clara. Ellos seguían mirándose. Él se levantó, apagó la lampara, abrió la puerta y la invitó a pasar, siempre tan caballeroso, ella pasó y a la salida del pasillo se despidieron. Fue algo breve pero con sentimiento, y prometieron volver a la habitación la noche siguiente, y así durante el resto de su vida estudiando su mirada y conociéndose como ni ellos mismos podrían.

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Aquí un pequeño proyecto que me animó a hacer mi amiga DF (leerla  pinchando aquí).

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

viernes, 15 de marzo de 2013

Buscando sonrisas...

Navegaban entre un mar de tristeza
era una pequeña flota aventurara
22 navíos que ante la guerra
buscaban sonrisa para deshacerlas.
Dirigidas por un joven capitán
experto ya por esos lares
pero el mar era un lugar nuevo,
un joven inexperto al frente de la flota.
Más no todo estaba perdido,
algún barco llegó a su puerto
a la bahía que se forma en la cara
agua blanca, playa rosa;
droga peligrosa la sonrisa
yo probé una
y desde entonces me ilumina,
todo torna claro y tranquilo,
ves todo más bonito,
y al ver el tuyo el resto,
envidiosos por naturaleza,
crean un puerto para otro de mis barcos.
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A los lectores habituales y a los que halláis llegado aquí por los barquitos, solo deciros que esto es parte de un pequeño movimiento al que me he querido sumar, el movimiento "Buscando sonrisas", cuyo creador el AlbertoEsFeliz, un creador de contenido para YouTube con una voz espectacular.
Yo, en mi afán de conseguir sonrisas a mi alrededor para poder sonreír yo he decidido sumarme al movimiento y intentar que vosotros disfrutéis con lo que yo hago.
Aquí os dejo la idea principal del proyecto ---> http://albertoesfeliz.blogspot.com.es/p/movimiento-busco-sonrisas.html
Y a todos los "afortunados" que llegueis aquí por mis barquitos, agredeceria una pequeña descripción por vuestra parte en los comentarios y una opinión, si no es mucho pedir.
Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.


miércoles, 13 de marzo de 2013

"La frontera de la cordura" Capítulo 3

La vida en la ciudad
Aquellos inmensos muros redondeaban el lugar y él los miraba desde abajo cada vez que se acercaba sintiéndose tan diminuto que el mismo sentimiento le hacía encogerse en si mismo y adorar aquella monotonía e igualdad en la cual vivía. Él no tenía nombre, no lo necesitaba en aquel lugar; más que vivir la gente ahí estaba ordenada, organizada, toda esa sociedad se movía en un equilibrio tan estricto que el más mínimo indicio de posible cambio era reprimido y eliminado en el mismo momento en que se detectaba, siempre que lo hiciera uno de todos aquellos guardas que, sin descanso, patrullaba la Ciudad día tras día en un lugar donde no se diferenciaba demasiado el día de la noche por la continua niebla gris que la cubría y por donde no pasaba ni el más mínimo atisbo de luz blanca que pudiera animar mínimamente aquella situación. Él, cada vez que caminaba con su padre por las calles de la Ciudad se daba cuenta, la gente vivía apagada, las calles eran idénticas una a otras y prácticamente todos los edificios que poblaban esas calles eran idénticos entre si.
En este clima comenzó un nuevo día en la gris Ciudad, un día como otro cualquiera si no fuera porque estaba lloviendo, un fenómeno que hacía ya mucho que no pasaba, la nube gris debía estar enfadada por algo. Él se quedó en casa, las reglas de la Ciudad estipulaban que todos los alumnos debían aparecer en sus aulas con un aspecto inmaculado, condición que a él le impedía la lluvia, por lo que, para la mayoría de niños y jóvenes, los días lluviosos eran días de fiesta y descanso; pero su padre no estaba en casa, a los adultos se les obligaba a ir a trabajar todos los días independientemente del tiempo meteorológico, el gabinete de la Razón no indicaba nada acerca del aspecto de los trabajadores que ejercían algún tipo de trabajo manual, como era el caso de su padre, un carpintero más que trabajaba en los talleres con el resto de obreros que vivían ahí. El resto de los habitantes que no estaban en los talleres ejercía los "trabajos de clase alta", eran los que ofrecían servicios directos al resto de habitantes y que habían requerido la consecución de un titulo tras pasar ciertos exámenes que el gabinete de la Razón ofrecía a todos aquellos que quería ascender en aquel estatus social tan rígido que imperaba en la Ciudad.
Él debería estar haciendo la tarea que le había sido asignada al no poder asistir ese día a clase, pero le era imposible; desde aquella tarde cuando su padre le hablo de la muralla y de lo que albergaba fuera su mente se había dispersado y le costaba mucho mantenerse concentrado. Miró por la ventana de su casa y en la calle todo era igual que siempre, vías grises y desiertas donde no existía ni el más mínimo desorden. Una fugaz idea atravesó en ese momento su cabeza, una fuerza descomunal que destrozó los esquemas que ese sistema le había inculcado como ciudadano de ese lugar. Pensó que no todo debía ser como parecía, no todo tenía porque ser tal y como lo veía, todo albergaba algo escondido y ese algo debía ser encontrado así que comenzó a buscar ese secreto escondido en su propia casa. No tenía un objetivo claro pero comenzó a buscar debajo de los muebles, detrás, dentro de los cajones, hasta llegar a la puerta de la habitación de su padre, nunca había entrado ahí, la única idea posible que tenía de como era aquella sala era por las pocas veces que había conseguido echar una ojeada al pasar por ahí delante. No sabía que hacer, por un lado su nuevo instinto explorador le forzaba a entrar pero por otro lado seguía muy ligado a ese orden que le habían impuesto desde pequeño y no le gustaba romperlo, pero tras un pequeño pero esclarecedor debate interno abrió aquella puerta. Aquella escena para él era espantosa, había ropa tirada por encima de la cama y por el suelo en lugar de estar debidamente plegada y en su sitio en el armario, la cama estaba deshecha y tenía miles de hojas esparcidas por todas partes; no sabía si alegrarse o salir de ahí y hacer como que nada había pasado pero de nuevo, su recién adquirido sentido de la aventura, le hizo entrar a la habitación e investigar sus rincones más profundos. La sensación de caminar por ahí le producía una repugnancia enorme, era la primera vez y pensó en no repetir, pero el morbo de encontrar cosas nuevas era tan grande que se le olvidó por momentos al encontrar al fondo del armario un maletín cuidadosamente escondido; sus ojos se abrieron como platos y se iluminaron de una manera sobrenatural en aquel lugar tan oscuro. Lo cogió y lo subió a la cama, después de examinarlo por fuera abrió la tapa y vio en su interior muchos papeles debidamente organizados, entre ellos le llamó la atención un pequeño libro y un sobre; el libro estaba minuciosamente encuadernado y aunque parecía ya viejo estaba en buenas condiciones, y del mismos modo estaba el sobre. Se acercaba la hora en que los trabajadores volvían a casa, así que cogió las dos cosas, entró en su habitación y las escondió de la mejor manera que supo, dejando la habitación de su padre tan y como la había encontrado.
Notaba que algo él estaba cambiando, antes no se le habría ni ocurrido entrar en la habitación de su padre y ahora le había quitado algunas de sus pertenencias, no le gustaba, sabía que estaba mal, pero algo dentro de él le incitaba a seguir y, por miedo o por curiosidad a esa voz, hacía todo lo que ella le decía.
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Bueno, aquí tenéis el tercer capítulo de eso a lo que yo llamo novela después de una semana y poco de descanso. Ahora supongo que la semana que viene estará el segundo capítulo del que tampoco voy a requerir de vuestra ayuda para elegir, las ideas se van esclareciendo en mi cabeza, no demasiado pero lo van haciendo.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

lunes, 11 de marzo de 2013

Sin princesas ni príncipes...

No pueden encontrar princesas,
casi todas están muertas,
quizás tienen sus apariencias
con vestidos y maquillaje
pero el vestido largo se perdió
y lo otro es para ocultarse,
presumir y sufrir y nada más importante
mascaras de potaje
y que la gente te baile.
No pueden encontrar príncipes
quedamos pocos y escondidos,
olvidaros de los cachas,
en realidad son los divertidos,
los que cobran con sonrisas
y no solo en la cama,
los artífices de cuentos de hada
aunque Campanilla ya muriera
esos que te respetan
aunque quizás no lo creas.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartido. Seguid con vuestras cómodas vidas.

La poesía no es inútil...

La poesía no es inútil,
la poesía es un arma,
un arma de seducción,
un arma para el pueblo,
un arma para el alma.
Es la manera de conseguir
palabras que por si solas
no dicen nada, pero que,
juntadas de la forma apropiada
crean lo más bonito
que te puedas encontrar.
Es el medio por el cual
conciencias dormidas se levantan
avivan sus pensamientos
y se crean insurrectos
y se crean descontentos.
Es el modo por el que todo,
cualquier problema que exista,
se expresa sin premisa
y se piensa y se busca salida.
La poesía solo es inútil
cuando el amor, el pueblo
o el resto del alma
no la aprecia.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas. 

El ritmo de la noche...

Cae la noche y se encienden las farolas,
las calles se vacían y las palabras bailan solas,
como intentar seguir el ritmo de la noche
si solo se lo dais a una y es puro alcohol y derroche,
probad una sola noche
la tranquilidad con el ruido de los coches,
tomarse una cerveza sin voces,
es otro ritmo, son otras noches,
noches entre semana donde llama más quedarse en casa
meterse en la ama que salir a fuera a disfrutar de la calma.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

Todo sobre nada...

La nada no es más que nada,
la nada es más que todo,
la nada es el principio
de donde se ha formado todo
y ese todo es importante
porque nada es para siempre,
pero ese todo no importa nada,
nada siente el que cree tenerlo todo,
nada piensa el que nunca lloró,
nada tiene el que nunca amó,
nada observa el que nunca oyó,
nada vive el que nunca rió,
así todo vuelve inerte
cayendo en el más hondo vacío;
así se formó la nada,
por los que creyeron tenerlo todo
sin tener nada en absoluto,
tanta nada, tanta nada
yo no quiero ténerlo todo,
lo justo para mi mundo
que nada se vuelva oscuro
que todo me ilumine y me sonría.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

Carta de rendición...

Por repudiar entonces el valor
ahora me deja de lado,
no aparece cuando debe
y lo hace cuando no es de agrado.
Sí, le odié,
en el momento en que nos encontramos
nos presentamos y se puso a mi disposición
y entonces hice daño a un ser querido,
y en realidad no me arrepiento
se que hice lo correcto
pero me jodió tanto
que me quedé descontento
así que lo mande a la mierda y seguí recto.
¿Y ahora qué?
Ahora no lo encuentro
ni en sus fiestas ni en mis silencios,
me declaró la guerra
y la estoy perdiendo,
y esas treguas que nos ponemos
ni son en el lugar ni en el momento.
¿Por qué me alié con la razón,
no con el coraje pero si con la ilusión?
Sigo arrepentido de mi decisión
así que si lees esto Valor,
es mi carta de rendición.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

lunes, 4 de marzo de 2013

Ladrones de recuerdos...

Van siempre con su arma a todas partes
como aquel guerreo que nunca descansa,
dispuesto en cualquier momento
a comenzar una nueva batalla;
ellos observan, miran,
desenfundan y disparan
y antes de que te des cuenta
han guardado tus recuerdos
dentro de sus cámaras.
Son ladrones de recuerdos
de momentos que quedarían en olvido,
en el lugar preciso
en el momento preciso,
saben sacar de cada situación
la esencia que lo hizo.
Pero no os confundáis,
no todo el mundo puede serlo,
el guante blanco solo es para expertos,
una cámara, un lugar y un talento,
se necesitan más que instrumentos
para plasmar historias para el recuerdo,
dinero, trabajo y esfuerzo
y tener al mundo como compañero.



Bueno nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

sábado, 2 de marzo de 2013

2 de 4...

Hoy hace 18 años faltaban 8 meses para uno de los grandes acontecimientos del año, pero quitando esos 8 meses, el jueves dos de marzo de 1995 tuvo lugar el milagro de la vida. De ahí hasta aquí han pasado 6575 días cargados de historias, aventuras y personas; y yo, muy a mi pesar, tengo imágenes borrosas de estos 18 años, he podido acompañarte la mitad de estos pero igualmente los primeros no los recuerdo, y los últimos son muchos. Se puede recordar aquel caballito que te costó tantos dolores, intentar apoderarnos de las tecnologías ajenas para poder asesinar cerdos a tiro de ave y alguna más que quedarán para el recuerdo de el único testigo que todo lo sabe, el tiempo. Pero conforme nos acercamos a la fecha de hoy las imágenes se vuelven más claras, y se dibuja la forma de todas esas carcajadas que has provocado, de todas las mentes que has alterado y de todas las personas que has ayudado; es para recordar por ejemplo el vertiginosos y peligroso ascenso nocturno aquel 7 de septiembre, aguantando a la adversidad por mucha mierda que se te echara encima. Así que avanzando desde aquel jueves hasta hoy, el balance que se puede hacer se puede ver observándote a primera vista, y aunque cada uno pueda sacar sus conclusiones para mi representa algo grande.
Muchas Felicidades.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.