martes, 30 de abril de 2013

El diente de león... Parte I

Cerré los ojos y me volví pequeño,
muy pequeño, diminuto,
llegué al punto de que decenas como yo
cabían sólo en un dedo;
ahora era muy ligero
seguía estando sujeto
esperando la primera brisa de viento
para poder salir llegando donde él quiera,
que futuro más azaroso me espera,
lo dejo en manso de los cambios del clima.
Sopló por primera vez el viento y algunos se fueron,
nosotros, el resto, los miramos con envidia,
queríamos salir de la rutina,
después me enteré que esa no era la brisa;
volvió a soplar el viento y se fueron otra vez,
los miré pero yo no perdí la fe,
otros quizás pero yo tenía clara mi meta,
poder despegar.
Soplido tras soplido cada vez eramos menos,
al final estaba yo sin nadie para echar de menos,
podía intentar sacar fuerzas y dejarme caer ahí mismo,
pero no tenía que ese fuera mi sino,
era la última semilla de un diente de león
que seguía erguida en lo alto de la flor
esperando que viniera el viento.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

lunes, 29 de abril de 2013

El lugar del tesoro...

Esperaba que la luz del Sol
incidiera sobre mi cabeza
y apartara todas las nubes
que se cernían sobre mi creatividad,
nubes con nombres extraños
y símbolos marcados
sin mayor finalidad que acabar convirtiéndose
en un número que coacciona vidas.
Volví al lugar de siempre
punto de encuentro con fantasmas
y meta para algunos amigos,
donde ya no se ven las luces de sus casa
sino su trabajo,
y donde las puestas de Sol
son más naturales,
azules, rojos, naranjas y violetas
y rocas y árboles como máximo estorbo,
me quedé embobado mirando ese cielo,
la cruz que formaban las estelas de los aviones,
las nubes tan peculiares que se había formado,
la X marca el lugar dicen las leyendas de los mares
y mi lugar debía ser entre rocas y olivos.
He vuelto a casa,
al menos a la de mi inspiración.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

martes, 23 de abril de 2013

Soy de Aragón...

Considerando lo tarado metal
que llego a considerar a un patriota
algún tipo de "minusvalía" mental debía tener;
esto no es a nivel de un país
más bien al nivel de una gente,
si quitas prejuicios y demás
verás años de gloriosa historia
y un presente mal merecido
para el pueblo al que yo admiro.
Desde la cálida hospitalidad del Pirineo
contraste con blancas cumbres
y un frío que me cautiva
hasta Teruel, que todavía existe
aunque sea por el mero hecho
de nombrar que no lo hace.
Pasando por la Ciudad del Viento,
las amistades y su música,
las preguntas que me trae a la cabeza
y el agua fluyendo del Ebro,
sigue subiendo y llega a nuestro reino,
no se en que momento le cogí tanto aprecio
pero miro su paisaje, miro su gente,
miro su historia, miro su cultura
y mi corazón late, late con fuerza,
late por esta zona a veces olvidada
donde el aire es más limpio
y donde la gente todavía es gente
usando la ruralidad de la zona
para no sucumbir tanto a las máquinas,
zona de intercambio de lenguas,
mi zona y la de muchos otros.
Tarado mental quizás,
pero Aragón no es patria
Aragón es sentimiento,
Aragón para mi ahora mismo
es algo que ya va dentro
con un corazón amarillo recubierto por sangre.
Orgulloso de Aragón,
orgulloso de mi tierra.



Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas y feliz día de Aragón a todos.

miércoles, 17 de abril de 2013

Viejos romances...

Y conseguí escribir al pensar en ti,
los versos más bonitos estaban en el infinito,
ese que tanto ansío comprimir
con el primer roce de nuestros labios
y seguir mientas podamos,
abrazarnos el uno al otro,
permite mi voto para presidenta de mi corazón
quizás una sola legislatura
pero que no caerá en el olvido,
que aquellos que quieres o has querido
siempre guardan un hueco en tus concilios.
Luna, no luna gitana teñida de verde,
luna patente que estremece todo mi ser
y hace de mi un banal ser
destinado a convertirte en reina
del recuerdo más literario.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

lunes, 15 de abril de 2013

Entre la luna y mi apellido...


La luna y yo siempre estuvimos unidos
por ese pequeño apellido
que la gente nos ha impuesto,
apellido tan soez que en ocasiones
tiene tanto sentido como la existencia de alguno;
no me siento lleno igual que ella tiene su ciclo,
aveces mengua, otras crece
y otras veces simplemente desaparece;
y no por eso no volvemos a nuestro origen,
tomamos como nuestro y propio
aquello por lo que eventualmente
la gente nos llama,
a ti porque te toca,
a mi por protocolo.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

viernes, 12 de abril de 2013

El principio...

¿En qué momento se me debió pasar por la cabeza empezar a publicar todo eso que escribía? ¿En que momento me aburrí de estar yo solo con mis textos y decidí que fueran otro también los que los leyeran? ¿En que momento se me pasó por la cabeza el dejaros entrar y ver las cosas que escondía mi mente?
Muchas preguntas y sólo una respuesta, hoy hace un año que todo eso se materializó en un pequeño espacio entre miles de millones de webs que puedo llamar de algún modo mio. Recuerdo estar planteándome la idea durante mucho tiempo, mucho, quizás demasiado, me comía la indecisión por dentro, no estaba seguro de querer que la gente leyera lo que escribía, cuando uno se gana una reputación en lugares pequeños es difícil de cambiarla y debido a eso las dudas sobre si hacerlo o no aumentaban, "otra vez a reírse de mi" fue una idea que pasó por mi cabeza en más de una ocasión hasta que me acordé, "¿cuándo me ha vuelto a importar lo que digan de mi?" y ahí ya nos quedamos yo y mi yo solos, no se fue de la mesa la duda, sólo se apagó uno de los focos que se inclinaba hacia el no hacerlo. Y pasó el tiempo y fuí ultimando detalles para un proyecto que quizás nunca llevase a cabo, hasta que de repente una tarde de abril sin nada mejor que hacer la idea llamó a mi cabeza con más fuerza que nunca y ahí ya lo había decidido, lo iba a hacer. El primer intento fue nulo y en el lugar equivocado, pero luego todo comenzó a tomar forma y a las 23:31 de ese día 12 de abril de hace un año apareció la primera entrada de "Las cosas de mi mente", una pequeña presentación sobre mi y sobre el blog. Todo comenzó con la idea de publicar una entrada diaria pero esa idea la desestimé en pocas semanas. Seguía pasando el tiempo y el ritmo de publicación era alto, pero el nivel de lo escrito por lo general muy bajo, no reniego de eso pero no me gustan los resultados, aunque se que sin esa etapa no habría llegado aquí sea lo que sea ese aquí.
En este año el blog ha conseguido cambiarme, escribiendo me voy conociendo, consigo hacerme una imagen de mi que se basa en unas ideas que afloran de mi cabeza; también me ha dado muchas alegrías, esos tan mencionados halagos por parte de más de uno de mis ídolos, he conocido otros blogs espectaculares y he conocido gente con inquietudes similares a las mías con los que, más o menos personalmente, hemos compartido momentos; he descubierto el gusto por leer que antes no tenía, que sigue sin ser mucho pero mucho más que antes; pero lo más importante es que he conseguido sonrisas, las vuestras espero, con alguno de estos 137 textos que hay aquí, porque de las sonrisas que sé que he conseguido es de lo que más orgulloso me siento. Gracias a todos por el apoyo y a mi blog, que cumplas muchos más.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

miércoles, 10 de abril de 2013

Delirio animal...

Los ruidos de una rana
me han parecido siempre interesantes,
croac, croac,
la lástima es que me de de repelús
ver al pobre animal,
y mira que llegué a tocarlos
pero será la cosa de los años
que cogemos pavor a lo más innecesario.
Una vez tuve un pez,
miento, tuve varios,
todos acabaron por el mismo orificio,
todos se despidieron en el cuarto de baño,
no dejaron estela naranja
se llevaron todo el color.
De ese gato negro
que a veces pasa por mi ventana
de ese me he prendado,
tiene unos andares elegantes,
firmes y distantes,
desde entonces quiero que me acompañe
con la independencia que les caracteriza
quiero acariciarle en mi silla,
que entren en el salón
repetir esa escena de película de gangsters.
No se puede llamar perro
si lo puedes coger con una mano,
rata es un término más indicado,
más bonito, más doméstico,
pero rata al fin y al cabo;
uno de estos me intentó morder
era tan pequeño que ni eso pudo,
pero que cabrón que es él,
él que duerme al lado de ella.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

lunes, 8 de abril de 2013

Me llamaron loco...

Loco me llamaron,
ahora que está tan de moda
yo me cago en vuestra "locura",
lo digo aquí, alto y claro;
dicen "que loco que estas",
tú lo que eres es gilipollas,
hacéis que me avergüence de mi condición,
por todas vuestras tonterías
voy a dejar de llamarme loco,
paciente de psiquiátrico mejor,
algo con lo que no tengáis nada que ver,
algo apartado de vuestra mierda de rutina,
que sea mio y de unos pocos más
que vivimos en nuestros mundos
y no siempre son de rosas.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguir con vuestras cómodas vidas.

jueves, 4 de abril de 2013

"La frontera de la cordura" Capítulo 5

Conversaciones cómplices
Ya llevaba días y días leyendo y releyendo aquel montón de hojas y en cada nueva lectura había un nuevo detalle que le llamaba la atención sobre aquella monstruosa ciudad que veía por la ventana de su pequeña cabaña y, a pesar de haber leído tanto, no se podía ni imaginar como podía ser la vida ahí dentro. En aquel momento pasaba por la parte que hablaba de Bentti y sus reuniones clandestinas con el gabinete de la Razón hasta las que llegaba por una serie de túneles subterráneos que comunicaban ambos lados de la frontera, esa parte era la que más le llamaba la atención; a pesar de lo que siempre le habían dicho, que era prácticamente imposible entrar en la Ciudad de su montón de hojas aprendió que todo no era así, que había mucha gente que entraba y salía a diario por una serie de pasadizos y túneles y que ese era su trabajo, hacer a diario lo que muchos creían imposible. Tras esa hoja había un mapa esquemático de la situación de esa red subterránea pero que no había conseguido descifrar todavía. Lo volvió a ojear en busca de algún tipo de revelación que le permitiera situarse y así poder emprender la búsqueda pero entonces escuchó su nombre a lo lejos. Se exaltó y tras recuperar el aire se asomó por la puerta para ver si había alguien o solo lo había imaginado, pero efectivamente, una figura se acercaba a lo lejos hacia la pequeña cabaña de Satya.
-¡Satya, hola!- se escuchaba desde la lejanía.
Entró corriendo en casa y escondió todos los papeles entre las estanterías; era su pequeño tesoro y no quería que nadie supiera siquiera de él, era suyo y sólo suyo. Cuando se volvió a asomar ya podía distinguir quién era aquella figura que se acercaba. Se llamaba Ibbani y esas eran las visitas que más disfrutaba, con ella podían estar hablando durante horas e incluso se llegaron a quedar hablando durante noches enteras a la luz de unas pobres velas que Satya guardaba en alguna de las miles de cajas de las estanterías. En lo que se acercaba los gatos se fueron de la cabaña y ella fue preparando un poco la cabaña aunque normalmente se sentaban a hablar en el banco de la entrada.
Llegó, se saludaron y el abrazo fue muy efusivo, hacía ya mucho que no iba a verla por diversos problemas y ambas se comenzaban a echar de menos. Se sentaron en el banco, como de costumbre, y comenzaron a contarse todo lo que les había pasado desde la última vez que se vieron, o eso creía Ibbani; mientras ella hablaba Satya miraba a la Ciudad, estaba justo detrás de la cabeza de su amiga.
-Creo que no me estas escuchando- en ese momento reaccionó.
-Lo siento, es que últimamente estoy un poco... distraída- siguió la trayectoria de sus ojos y vio la Ciudad.
-¿Por la Ciudad? ¿Qué te traes tú ahora entre manos?
-Nada, nada, pero ¿nunca te has preguntado como son las cosas ahí dentro?
-La verdad es que no demasiado, aunque para ti debe ser más complicado estando aquí y viéndola sólo al asomarte por la ventana, por eso la mayoría hemos elegido vivir lejos, para no tener esas inquietudes ¿no te fijas? el mundo en el que vivimos es perfecto o es lo más parecido a eso que puedas encontrar, ahí dentro, solo con echar un vistazo, todo parece triste, y mientras aquí disfrutamos de la buena vida.
-¿De veras nunca te lo has planteado? Toda la vida sabes que está ahí pero nunca quieren decirnos que hay ni nos dejan entrar. ¿Tan malo debe ser? No lo creo, y yo, aunque sea por mera curiosidad, quiero entrar ahí y ver como son las cosas.
-¿Entrar? Creo que tanta soledad te ha afectado a la cabeza, no se puede entrar, los guardias de la Razón vigilan toda la muralla y ya ni hablemos de la puerta. Además acuérdate, la curiosidad mató al gato- y tras esto echó una mirada cómplice y se echó a reír.
-¡No te rías de mis gatos, son reales! Se han ido justo antes de que tu llegaras, lo juro.
-Bueno vale, pero repito, la curiosidad mató al gato; déjate de investigar sobre ese monstruo de hormigón y dedícate a vivir la vida tan preciosa y relajada que llevas aquí.
-Creo que seré yo quién mate a esa curiosidad- dijo en voz baja; ella la oyó, ambas se quedaron en silencio.
En ese punto se le ocurrió que podría enseñarle los papeles, quizás así podría cambiar de opinión y ayudarla a buscar una entrada a esos túneles, quizás ella supiera interpretar esos mapas tan esquemáticos, quizás lo único que le falte es un estímulo directo.
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Bueno, aquí el 5º capítulo de mi pequeño proyecto "La frontera de la cordura", espero que os haya gustado y que nadie se haya molestado por la tardanza. Os aviso que esta vez vuelve a haber una pequeña encuesta sobre el próximo capítulo, son tres opciones y daré de tiempo toda la semana que viene ya que vuelve a comenzar el curso y tengo bastante trabajo durante esta próxima semana.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

martes, 2 de abril de 2013

Mi pequeño idilio...

La respiración era lenta pero constante, que más podía pedir él, vivía en su pequeño idilio de fantasía en aquel pequeño pueblo de la montaña; tenía todo lo que podía desear, un plato en la mesa siempre, un techo donde dormir, buena compañía si era necesaria, y, sobretodo, tenía todo el tiempo que quisiera para él y sus pensamientos y lugares abiertos y desérticos donde hacer que estos fructuásen.
Seguía dormido en su pequeña cabaña, ajeno a todo lo que pasaba en el mundo exterior; sabía que giraba, sabía que este estaba en continuo movimiento y que a cada momento ocurría algo en algún lugar del mundo, pero a el le daba igual, vivía más feliz sin conocer las noticias de un circulo exterior a él y a lo que le rodeaba que, en realidad, era poca cosa. Y en algún momento de aquella mañana a punto de acabarse abrió los ojos, pero permaneció un buen rato estirado en su cama sin nada que hacer, simplemente mirando al techo, él así era feliz, perdiendo su mirada y sus pensamientos en cosas sin sentido aparente. La casa no era nada exagerado, una pequeña cabaña de madera donde se podía vivir de la manera más modesta, pero cómoda, posible, tenía su pequeña habitación, con un pequeño escritorio y una cama grande, un cuarto de baño con lo básico, una cocina donde se concentraba la mayoría de aparatos electrónicos de la casa, y prácticamente el resto era el amplio salón de la casa, con su gran alfombra en el suelo, una gran mesa de roble con sus sillas a juego, un ordenador con conexión a internet y un estéreo, de estos dos, el uno igual que el otro, su principal función era reproducir música, no le importaba todo eso que internet podía ofrecerle, él lo que necesitaba era renovar su repertorio musical y de vez en cuando quedar con alguien para embarcarse en alguna pequeña aventura a raíz de alguna idea que había salido de su cabeza; pero esas pequeñas aventuras no tenían nada que ver con lo que le iba a pasar en los siguientes días, y el no tenía ni idea.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.