martes, 2 de octubre de 2018

Rigor


I

Dos pasos y un disparo.

Enmudece la calle.

Al fondo nace
una sombra
con sonrisa infantil
y canas
que con la mirada
te susurra
hoy,
bendito momento”.

Emana un frío el suelo
que rompe
las tuberías,
el cielo
y la normalidad.
Brotan del asfalto
minúsculas plantas
tan verdes
que asusta.
Hace viento,
se oyen los cantos,
saben a esperanza con algo de polvo.

No mires al otro lado,
bajo ningún concepto.
Ahí habita la piedra,
impasible, dura
e inmortal.
Ahí habita el sueño frustrado
de la humanidad,
inexistente para si misma
porque sin nada
no existe.

II

Y la sombra miró la pierda
mientras ella se reía.
Gélida proyección de nada,
sosegada por un paso
que no da,
que no avanza,
comienza el baile
mientras la pierda impasible
canta
y la sombra gélida
avanza

directo al corazón de roca

impasible.

III

Clavada el hacha
la sombra huye
y la pierda cae,
sangra demasiado esa herida.
El filo en el suelo
pero la soledad en las grietas,
el sinsentido de habitar
sin ser habitado,
larga vida de sueño y causa.

IV

Algo se enciende
al otro lado de la
calle.
Brillan unos ojos
con mirada segundo.
Se oye un derrumbamiento
y un llanto.

V

Sombra y pierda convergen
más vivas que nunca.
El aire baila,
el tiempo vuela.


Nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.