lunes, 13 de mayo de 2013

El diente de león... Parte IV

Estaba a punto de cumplir su cometido,
alcanzar tierra para poder brotar;
por un momento, pocos metros antes de llegar
dejo de fijarse en lo que tenía abajo
y observó todo a su alrededor,
tras eso, sólo quería otra brisa de viento,
todo era tan bonito,
campos verdes inmensos
con pequeños arbustos a los lados,
dientes rocosos culminando el horizonte,
pero nada, era inevitable
el viento se había ido
y no encontraría lugar mejor para caer.
Tocó la primera brizna de hierba,
de ahí fue resbalando hasta llegar a tierra,
era un suelo fértil por el que se introdujo
y en ese momento todo se volvió negro.
Pasó el tiempo y de ahí donde había caído
comenzó a aflorar un pequeño diente de león,
pero en el momento de florecer
no recordaba su anterior vida,
había olvidado su gran viaje,
había renacido y verdaderamente renació
se filtraron por la tierra todos sus recuerdos.
Siguió creciendo y aparecieron semillas,
pero seguía sin recordar su anterior vida,
sopló el viento y muchas se fueron,
todas se fueron hasta que quedó una,
una en lo alto que resistía a las pequeñas brisas
una en lo alto que se fue con una tormenta,
y eso pasaba una vez, y otra, y otra;
que caprichoso es el destino
que aunque no lo recuerdes te une a tu pasado.


Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas. 

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