Tenía el pelo más largo,
unos cuantos granos de más,
menos experiencia y más inocencia,
sueños por vivir y vidas por soñar,
un mundo por conocer y por conocerme
aunque no tuviese instrucciones para ser yo;
comenzaba con la revolución de aulas
a la vez que comenzaba a cortarme cadenas,
todavía aguantan esas ZooYork
pero ya descansan de patear mundo.
Con todo esto llegamos a ese jueves,
el fatídico momento de liberar mi cabeza
a un mar de bytes al que no le importa,
quizás me respaldé en eso
o quizás estaba cansado de las jaulas,
escribiendo me sentía libre
y hasta la fecha sigo sintiéndolo.
Ahora simplemente disculparme,
a los teclados por la insistencia
aunque me ejercitase cada día,
a los internautas por la publicidad
aunque a les acabase llegando,
a compañeros por los prestamos
aunque fueran sólo de tiempo,
a algún ídolo por la pesadez
aunque recibiera más de un fruto,
a los ecologistas por el papel
aunque cada barquito llegó a una sonrisa,
a toda esa gente a la que le he dado tanto mal
aunque después lo agradezcan, la mayoría;
y dar las gracias también
a toda la gente que he conocido,
a cada una de las personas que han llegado
y a todas las que les ha llegado,
a quienes me dieron la inspiración
y a quienes le han dado forma,
a todo el mundo por la confianza
lectores asiduos y críticos
y, en última instancia, supongo que a mi,
por no dejarlo todavía.
Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.
Que gonito Andresico!!😍
ResponderEliminarSi es que leerte es uno de esos pequeños placeres de la vida... Es empezar y desconectar... una abstracción que dura tan solo unos instantes; siempre tan necesaria... y después lo dicho, volvemos a nuestras cómodas vidas
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