viernes, 20 de junio de 2014

4:19...

En aquel sumario silencio
sólo se apreciaba ese "tic-tac",
mi incredulidad deambulaba
a unos ritmos que casi había olvidado
entre la ausencia de ruido en ese lugar
y que todavía andáran perdidos los vehículos,
ahí fuera la realidad cambia,
luces verdes y naranjas
llenan las calles de algo parecido a la vida
y acompañan, incluso,
a algún transeúnte embriagado
supongo que de cualquier perfume
más impregnado en su aliento
que en su ropa.
Por delante
simplemente la razón de mi ser,
y si bien no hay nada más triste
que un ser que se dedica únicamente
a escribir poesía,
esa tristeza es comparable
a la de ese ser que únicamente
hace lo que la sociedad dicte,
queriendo siempre encontrar ese lugar
donde seas la pieza perfecta del puzzle
sin pensar en la exclusividad y la excelencia,
sólo buscas el sitio donde ser ellos
mientras yo duermo en el colchón
que hoy van formando cada verso que fluye
siendo demasiados los que siguen encerrados.
Es difícil despreciarse a uno mismo
en el momento en que, por hacer lo que debes,
ya no puedes lo que quieres,
es difícil que por hacer lo que quieres
dejes apartado aquello que tú mismo debes
pero
si se busca bien
aparece el momento en que todo converge,
el momento en que se fusiona,
un instante complicado y no apto para todos
con las circunstancias peculiares
que debe tener un momento así
y, por fin,
he conseguido encontrar ese momento.

Bueno, nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

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