Lluvia, un montón de gotas que caen del cielo, un montón de moléculas unidas por enlaces que acaban formando esos pequeños seres cristalinos. Muchos la toman como algo malo, un hecho meteorológico que destroza sus planes en la calle por no mojarse sus zapatos y su ropa, un hecho que somete y avasalla y cuya única finalidad es la felicidad de ver salir el sol al parar. Otros, como yo mismo, la vemos como algo bueno. Cuanto más puedes alejarte de un pueblo, menos ves la importancia que puede llegar a tener en muchos casos, en zonas rurales esas pequeñas gotas de agua que están fastidiando a una pobre persona al no poder salir de casa son una gran noticia. Digamos que eso, a mi ver, es algo bueno por la alegría que causa a mi alrededor aunque nunca me ha apasionado, a diferencia de la lluvia en si; es una musa, una inspiración, una fuente natural de purificación, cada gota que cae sobre ti se lleva un pequeño problema que tenías a flor de piel, cada gota te va convirtiendo en alguien nuevo; es un placer ver las gotas golpeando la ventana, con su peculiar melodía y su brisa fresca, tiene su propio ritmo y es precioso; y esa sensación, esa sensación de no importarte nada, de ver llover y en lugar de quedarse en casa triste y abatido salir a la calle a mojarte, a sonreír, a bailar, a hacerle compañía a la lluvia, yo cada vez que veo que viene, voy a saludar a ras de piel a mi gran amiga; es algo mágico, marca esos momentos, esos momentos inolvidables, gente que corre, que se esconde, que ríe, que se queda acompañado bajo la lluvia y las gotas no pueden llegar a tocar esas pieles porque se evaporan al más ligero contacto.
Pero en definitiva, no son más que moléculas...
"La lluvia es una gran amiga, siempre salgo a la calle a saludarla cuando me visita" Bee Man
Bueno nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario