viernes, 21 de septiembre de 2012

Segundo encuentro en La Roca

"Aquella noche volví a salir, algo que ya comenzaba a ser normal, y prácticamente todas las veces se repetía la misma escena nocturna de la primera escapada, un panorama de calles totalmente desiertas donde se respira poca vida. Impasible a la situación yo seguía caminando hacia el lugar indicado esperando encontrarlo, pero no había nadie; aunque tampoco me importaba, tal y como se dijo en la primera noche, ese lugar tenía algo especial, y tampoco era la primera noche que me quedaba ahí solo pensando en miss cosas sentado sobre esa roca. Y mientras estaba sentado mirando las estrellas y las luces de los pueblos que se veían oí pasos, y aunque la visibilidad fuera prácticamente nula yo sabía ya quien era esa persona que se acercaba. Decidí quedarme callado en mi sitio y, como en la primera ocasión aunque con los papeles cambiados, él vino y se sentó a mi lado. Cierto que nos conocíamos pero era más divertido así, divertido a un nivel algo más intelectual de lo habitual, los dos pensábamos algo, algo sobre lo que dialogar un rato aunque después de tanto tiempo mejor comenzar por algo más informal:
  -Tenías razón, este lugar tiene algo. Aunque sea solo la segunda vez que nos encontremos no es solo la segunda vez que vengo aquí, han sido largas y grandes noches las que me he pasado yo solo pensando aquí y las conclusiones que he sacado no tienen desperdicio.
  -Realmente no suelo mentir, por lo menos siempre doy mi opinión como respuesta y si el otro no lo comparte no puede acusarme de mentiroso ante una cosa que para mi es totalmente cierta.
  -Buen modo.
  -Y yo también he ido viniendo por aquí, y mentiría si dijera que no te esperaba encontrar más veces, no hemos debido de coincidir, eso ya es mala suerte; aunque hoy algo me decía que si que te encontraría.
  - Es una noche perfecta para venir aquí, no se podía desperdiciar.
Y entre asunto y silencio la conversación fue avanzando, hablábamos, callábamos, pensábamos sobre lo dicho y así íbamos a pasar la noche.
En una de estas me habló sobre un lugar a mi entender peculiar pero que era algo normal, lo llamó "hospital" y era el lugar donde estaba la gente enferma para curarse. Yo, y los que somos como yo, no tenemos que curarnos de nada, simplemente no nos puede pasar nada por ser lo que somos y como somos. Ese era para mi un lugar peculiar, por mi condición y la de todos los que me rodean habitualmente no nos puede pasar nada, es físicamente imposible y por eso me resultaba un lugar fascinante, donde la gente va a que le curen los males que alberga en ese momento su cuerpo, o por lo menos las cosas poco habituales. Y mientras me hablaba de esos lugares se me ocurrió algo, el que en uno de esos edificios se podría escribir la historia de una vida recopilando un poco de la historia más reciente de cada "huésped". Ahí se ve que había personas de todas las edades, grandes, pequeños, abuelos, recién nacidos, todos en un mismo lugar común. Cada vez me resultaba un lugar más fascinante. Seguimos hablando de diversos temas hasta que ya comenzaba a ser tarde, yo tenía que volver y él debía hacerlo, porque las horas pueden pasar volando. Nos despedimos y otra vez la misma escena, unas calles donde solo caminaba la soledad."

Bueno nada más por hoy, disfrutadlo y compartidlo. Seguid con vuestras cómodas vidas.

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